La vida de toda persona es, en realidad, una secuencia de acontecimientos o eventos que se suceden a través del tiempo y en el espacio que ocupamos. Tales eventos están, a su vez, directamente relacionados o se corresponden cada uno con un estado interior de conciencia que determina todas nuestras acciones y reacciones físicas, mentales y emocionales.
El venerable Maestro Samael, al respecto, nos dice lo siguiente en su libro Psicología Revolucionaria: A los efímeros placeres de un instante fugaz, le suceden siempre el desencanto y la amargura
y en otro de sus apartes en la misma obra nos dice: Quien no trabaja sobre sí mismo es siempre víctima de las circunstancias
; con estas afirmaciones y el estudio de su obra en mención, podemos comprobar y llegar a comprender que esos eventos y estados que componen lo que es, para cada uno de nosotros, la vida o esas circunstancias como se les conoce en el argot popular, se constituyen en la clave de oro para la persona que quiere y busca dentro de sí misma las respuestas a esos grandes interrogantes, enigmas a cerca del porqué la vida trata de tal o cual manera a cada persona.
Cuando, a través del autoconocimiento, llegamos a comprender que los estados internos y los eventos exteriores se correlacionan y son determinantes los unos de los otros, también podemos comprender que somos nosotros mismos quienes determinamos las circunstancias que componen nuestra propia vida y que nada ni nadie fuera de nosotros mismos puede producirnos dificultades o situaciones adversas mientras nosotros no lo permitamos.
Se hace necesario entonces, que cada uno de nosotros, ambles lectores, nos avoquemos decididamente al estudio de nuestra propia naturaleza con el ánimo de descubrir esos elementos negativos que tanto daño nos causan desde nuestra psiquis alterando los procesos de pensamiento, sentimientos y acciones, haciendo que cometamos muchos errores, desequilibrando nuestro entorno e impidiendo que podamos tener esa tan anhelada paz que tanto persigue la humanidad.
Es el estudio y eliminación del yo, del mí mismo, del ego, lo que permite a la persona tomar las riendas de su propia vida creando sus propios eventos a partir de estados elevados de conciencia, los cuales sólo se pueden producir al tener conocimiento y dominio de lo que somos en realidad cada uno de nosotros.
Les invitamos, apreciados amigos que leen estas líneas, al estudio profundo de esos misterios que componen la vida y que están inmersos en nuestra naturaleza particular, para que así podamos transformarnos radicalmente dejando de ser esas víctimas de las circunstancias que nos causan dolor y sufrimiento y que, a su vez, afectan a nuestro entorno y por ende a las personas con quienes nos relacionamos. Somos los arquitectos de nuestra propia vida y del mundo (vida material) en que existimos, por eso es indispensable el reconocernos, para así lograr convertirnos en personas autónomas, libres de la esclavitud del ego que nos impide gozar de las maravillas de una vida plena posible de vivir solamente cuando erradicamos esos agregados psíquicos que en nuestro interior cargamos y que hemos creado por el desconocimiento y por la desobediencia al hacer mal uso del tesoro más preciado que tenemos: nuestra energía.
Entre los proverbios de la Sabiduría de todos los tiempos encontramos el mensaje que dice que el Maestro llega cuando el discípulo está listo, por esta razón, queremos, mediante estos mensajes, llegar a lo profundo de las conciencias de todas las personas que buscan el autoconocimiento para que nos dispongamos a encontrar esa luz que ilumina nuestra vida y disipa las tinieblas producidas por el ego, por medio del estudio consciente de las enseñanzas dadas por Seres que, con su ejemplo, nos enseñan que también cada uno de nosotros podemos lograr emanciparnos en esta vida.